De vez en cuando es importante detenernos y descubrir que no hemos podido vencer todavía la dependencia a las cosas, pareciera que nos cuesta mucho el saber afrontar con decisión el desprendimiento, y nos acostumbramos a estar siempre acompañados por el apego. Almacenamos cosas que ni si quiera muchas veces utilizamos, y aquellas que si lo hacemos tratamos de que no se destruyan de que ojala fueran eternas. Algunas veces las guardamos como libros, papeles, recuerdos, cosas que han representado algo para nosotros. Lo que es más lamentable que no tomamos conciencia de que esas cosas una vez que abandonemos nuestra estancia, no nos las podemos llevar. Alguien escribía sobre esta dependencia de las cosas inútiles, expresando que el guardar cosas inútiles parece que lleva siempre implícito algún tipo de recuerdo o sensación importante en su momento y, aunque de vez en cuando hay que hacer limpieza, determinados recuerdos se “agarran” y no se desprenden jamás.
El alcance y relevancia de conservar cosos inútiles, lo hace evaluando lo externo, pero también lo interno, eso que nos cuesta desprendernos desde adentro y alcanzar el vacío. Usted tiene el habito de juntar objetos inútiles en este momento, creyendo que un día (no sabe cuando) podrá precisar de ellos?
Usted tiene el habito de juntar dinero solo para no gastarlo, pues piensa que en el futuro le podrá hacer falta?
Usted tiene el hábito de guardar ropa, zapatos, muebles, utensilios domésticos y otras cosas del hogar que ya no usa hace bastante tiempo...?
Y dentro suyo?... Usted tiene el hábito de guardar broncas, resentimientos, tristezas, miedos, etc.?
Espacios nuevos y espacios viejos.
No haga eso. Va en contra del progreso personal (PP, tema tocado en notas anteriores). Nos aferramos en una especie de rémora, a cosas y recuerdos. En vez de dejar que la vida avance con otras metas y objetivos más trascendentes y que nos generen más entusiasmo.
Es preciso crear un espacio, un vacío, para que las cosas nuevas lleguen a su vida. Es preciso eliminar lo que es inútil en usted y en su vida, para que lo nuevo venga. Es la fuerza de ese vacío que absorberá y atraerá todo lo que usted desea, si Ud. canaliza su voluntad para ello.
Mientras usted esta material o emocionalmente cargando cosas viejas e inútiles, no habrá espacio abierto para nuevas puertas que puedan abrirse en su vida.
La vida es esencialmente, movimiento y dinamismo. Los bienes precisan circular. Limpie los cajones, los armarios, el cuarto del fondo, el garaje. Haga circular lo que usted no usa más.
Reflexiones sobre esa predisposición de mantener siempre activa esa actitud de guardar un montón de cosas inútiles que aferra su existencia actual vida al pasado.
No son las cosas guardadas las que inmovilizan su vida, sino el significado de la actitud de guardar. También las consecuencias de ésa actitud.
Cuando se guarda, se considera la posibilidad de falta, de carencia. Es creer que mañana podrá faltar, y usted no tendrá medios de proveer sus necesidades.
Hay que saber descubrir el significado y consecuencias de los hábitos y actitudes que se hacen crónicas, inflexibles y anquilosadas. Hay que reflexionar autocríticamente sobre cada uno de nuestros hábitos y actitudes.
Con esa postura del guardar, usted esta enviando dos mensajes para su cerebro y para su vida:
** Usted no confía en el mañana.
** Usted cree que lo nuevo y lo mejor no son para usted, ya que se alegra con guardar cosas viejas e inútiles.
Deshágase de lo que perdió el color y el brillo y deje entrar lo nuevo en su casa... y dentro de si mismo...
Apego y desprendimiento.
Uno debe evitar el apego a las cosas, el darle fortaleza a la dependencia que de no sabérsela manejar da paso al sufrimiento, o al dolor cuando se pierden. Usar lo necesario, evitarse de recargar de cosas, simplemente identificarse cono lo que se usa constantemente. Hacerlo de tal forma que se disfrute, sin el temor a que ello se destruya, se pierda. Trate de evitar llenar tantos sus alforjas en este tránsito, úselas de tal manera, que le saque provecho, que las disfruta, sin dejarse manejar por sus trampas, por que ello le perjudica significativamente su crecimiento.
El valor del desprendimiento consiste en saber utilizar correctamente nuestros bienes y recursos, evitando apegarse a ellos y, si es necesario, ponerlos al servicio de los demás. El desprendimiento como valor se origina al reconocer que todos tenemos necesidades y que, en algunos casos encontramos personas con carencias. En cualquier situación debemos superar nuestro egoísmo e indiferencia para colaborar en el bienestar de los demás. No importa si es mucho o poco lo que hacemos y aportamos, lo importante es tener la conciencia de ofrecer algo, de aportar. En la generosidad que requiere el desprendimiento, no cabe el ofrecer algo que nos sobra.
Insatisfacción y vacío.
El valor del desprendimiento tiene que ver con varios aspectos, entre ellos: la importancia que le damos a las cosas, el uso que hacemos de ellas y la intención que tenemos para ponerlas al servicio de los demás.
En ocasiones vivimos y trabajamos sin descanso para poseer aquello que tanto nos ilusiona (autos, joyas, ropa, aparatos, etc.) y nuestra vida se mueve a ese compás, sin embargo, si no tenemos cuidado puede llegar el momento en que a pesar de la insatisfacción que nos produce llenarnos de cosas, pretendemos que éstas llenen un vacío interior. Empiece a sorprenderse que tan apegado se está a las cosas, a guardar objetos, recuerdos innecesarios, que dan paso al sufrimiento, afectaciones no solamente físicas, sino psíquicas.

5 comentarios

  1. Anónimo // 11 de octubre de 2009, 8:29  

    Buenisimo !!!

  2. Anónimo // 7 de noviembre de 2009, 6:15  

    coincido plenamente, enhorabuena por el artículo

  3. Anónimo // 7 de noviembre de 2009, 22:15  

    Hola,
    Es bueno, o imprescindible, vaciar el presente de lastre de recuerdos, que nos haces estancarnos, pero después de tomar la decisión, e incluso llegar a deshacerse de esos recuerdos acumuladores de polvo, puede asaltarnos un sentimiento de arrepentimiento, culpa, pérdida, que nos hace revivir dolor.
    Felicidades por el Blog.
    Alys

  4. Ana Inés Gomez // 8 de mayo de 2010, 11:08  

    Gracias por el artículo. Parece mas fácil desprenderse de las cosas exteriores que guardamos que de las interiores. Tal vez sea un buen ejercicio comenzar por las de afuera, pero no siento claro como hacerlo con enojos, rabia, dolor.
    Saludos,

  5. RITA SAEZ // 25 de octubre de 2011, 14:53  

    FELICITACIONES RITA SAEZ

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