Cuando no tomas las decisiones desde ti mismo, anclado en tu propio yo, nunca asumes la responsabilidad de las consecuencias, con lo que siempre buscaras un culpable en el que cargar el fracaso de tu deseo.
La ecuación es simple: yo soy responsable de mí mismo y de mis decisiones, con lo que asumo las consecuencias de estas. Cuando haces esto, te sientes poderoso y tu nivel emocional aumenta un paso, con lo que tienes ascendencia moral sobre cualquiera y no aceptas sugerencias ajenas que no aporten algo positivo a tu proyecto. Cuando no lo haces así, es cuando te abres a sugerencias externas que te van desviando de tu deseo original hasta que acabas totalmente perdido sin saber donde te encuentras ni quien eres, culpando a todos los que “te desviaron” con sus “ayudas”...
Así nos pasamos la vida anclando nuestro “poder” en los demás, en otros a los que les otorgamos mas ascendencia, autoridad, sabiduría, poder, claridad o potestad que nosotros, desgajando nuestra alma y haciendo agujeros en nuestra autoestima, con lo que ya no somos dueños de nuestras vidas por haberla regalado a quienes no pueden ni deben tenerla. Tú eres dueño de tu destino y esta es tu obra: crearte a ti mismo y a tus circunstancias según el impulso interno que te anima e inspira en cada momento. Los retos que vienen de fuera tienen el objetivo de hacerte mas fuerte, más sabio y más sensible, más creativo y más firme, con lo que no puedes ni debes poner nunca tu capacidad de decisión y de discernir en nada ni en nadie, ya que cada reto es exclusivo para que tu la resuelvas, ya que nadie tiene una forma de sentir y ser como la que tu tienes, así que nadie puede decirte que es lo que “debes” hacer en las diferentes situaciones que se te presentan. En la ecuación de tu vida, el parámetro que tu representas es lo que la hace diferente del resto de los humanos, aunque el resto de los parámetros sean similares...así que ¿quién puede decirte “qué debes” hacer?
En la ecuación de la vida siempre se repiten ciertos parámetros o pautas detrás de cada reto:

*Estás tú con tu estado de conciencia actual, YO MISMO.
*Siempre está el hecho o situación insalvable. EL RETO.

Luego se encuentran los otros o personajes en contra, los malos, los que representan al “diablo”, sin escrúpulos, egoístas y que van a lo suyo, y que en este caso puede ser lo tuyo...este es el elemento dominante o dominación, que puede ser un padre, una madre, un jefe, un compañero...este elemento siempre existe en toda ecuación: el que domina o esclaviza tu voluntad. Por otro lado suele estar el bueno, el guía o consejero, el elemento amable que te inspira hacia el bien, hacia la luz, la empatía, el sacrificio personal en aras de un bien común, el ejemplo positivo opuesto al anterior. Por ultimo siempre existe el que tiene la solución, el modelo de conducta, el que ha superado esa situación y no supone una barrera para él. Le llamaremos EL MODELO. Detrás de cada situación o ecuación vital, de momento nos sentimos VICTIMAS de ella por no tener el nivel emocional, físico, económico ni mental para superarla o eso es lo que creemos.
Esto nos pone en marcha y nos OBLIGA a explorar NUEVOS RECURSOS aun sin utilizar. Empezamos a investigar “comiéndonos el coco” dándole vueltas a la situación. Comenzamos con la lamentación constante, la queja, la rabieta, ¿por qué me tiene que pasar esto a mí?, etc. Como el muro sigue delante de nosotros, vamos haciendo pruebas y a través del juego prueba-error vamos sacando conclusiones y vamos poco a poco atisbando una posibilidad de salida. A través de esta situación comenzamos a forjar nuevas creencias y sobre todo nuevas prioridades, ya que la situación en si misma nos obliga a revalorizar nuestras vidas y el problema adquiere importancia capital, por encima de cualquier otra cosa. Luego pasamos por la fase de pedir ayuda y ver como reaccionan los demás con lo que se produce un filtrado de nuestras relaciones y también se produce un escalamiento de “quien es verdaderamente mi amigo, quien me ama de verdad y quien no esta conmigo mas que por intereses” cosa que antes no te planteabas y aceptabas, con lo que “algo de interés también tendrías tu en esas relaciones”.

*La situación muchas veces te obliga a CONOCERTE MEJOR, a través de un proceso.

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