Pero si se piensa bien siempre habrá una meta superior a la que aspirar, por lo que se alcance el nivel que se alcance, la sensación de insatisfacción siempre estará ahí, ya que aspiraremos a un nivel superior.
Por lo tanto si se equipara la felicidad con el éxito, nunca alcanzaremos ese nivel deseado para ser feliz. Con esto no quiero decir que el éxito sea malo, sino que no debe ser la única y más importante condición para alcanzar la felicidad.
Así, una forma de reforzar esta idea es que después de haber hablado con varias personas que han obtenido el éxito, resulta que los que se declaran felices ya lo eran antes de obtener el éxito, y los que se definen como desdichados lo eran también antes de alcanzarlo.
Lo cierto es que hay muy buenas razones para desear el éxito. Es sano desear que valoren el trabajo que hemos realizado o tener una buena estabilidad económica que nos permita vivir tranquilamente con nuestra familia. Pero lo que no es sano es identificar la felicidad solamente con eso. El éxito es el éxito y le felicidad es la felicidad.
No debemos identificar el éxito solamente con valores materiales o profesionales, ya que esto si que no es equiparable a la felicidad.
También existe otro tipo de éxito que es más cercano y equiparable a la felicidad. Es el éxito que está relacionado con las relaciones personales satisfactorias, adecuada educación de nuestros hijos, ganar en sabiduría día a día, éxito en todas y cada una de las vertientes del amor, etc. Este tipo de éxito suele ser menos mencionado, aunque resulta ser incluso más importante que el anterior.
Quizá el primer tipo de éxito es más llamativo a primera vista, aunque lo ideal sería encontrar un equilibrio entre ambos, sabiendo diferenciar qué es el éxito, y qué es la felicidad.
En cuanto a la diversión, si miramos el mundo desde el prisma de un niño, efectivamente relacionaremos la felicidad con la diversión. Y para muchos adultos esto también es así.
Sí que es cierto que los entretenimientos como ir al cine, asistir a un partido de fútbol o ver la televisión, desempeñan un papel importante y constructivo en la vida, ya que pueden ayudarnos a mantener la felicidad, nos hacen reír y nos ayuda a relajarnos. Aunque el acto en si mismo no crea felicidad, sí que nos ayuda a mantenerla.
Lo que sí es cierto es que la vida está llena de tensión, rutina, cansancio…Es por eso que el papel de la diversión debe ser tomado en cuenta, puesto que nos sirve como una forma de liberación.
Así que tenemos que tratar de introducir la diversión en más actividades diarias, para poder divertirnos y disfrutar mientras hacemos cosas realmente significativas. Como podría ser trabajar en nuestra profesión, sacar a delante nuestra familia, etc.
Como conclusión diría que hay que buscar un buen equilibrio que nos permita tener una vida lo más plena posible en todos los aspectos. Sin descuidar ningún frente vital. Pero si se piensa bien, siempre habrá una meta superior a la que aspirar. Por lo que se alcance el nivel que se alcance, la sensación de insatisfacción siempre estará ahí, ya que aspiraremos a un nivel superior.
Es éxito sinónimo de felicidad?
Por lo tanto si se equipara la felicidad con el éxito, nunca alcanzaremos ese nivel deseado para ser feliz. Con esto no quiero decir que el éxito sea malo, sino que no debe ser la única y más importante condición para alcanzar la felicidad.

Así, una forma de reforzar esta idea es que después de haber hablado con varias personas que han obtenido el éxito, resulta que los que se declaran felices ya lo eran antes de obtener el éxito. Los que se definen como desdichados lo eran también antes de alcanzarlo.
Lo cierto es que hay muy buenas razones para desear el éxito. Es sano desear que valoren el trabajo que hemos realizado o tener una buena estabilidad económica que nos permita vivir tranquilamente con nuestra familia, pero lo que no es sano es identificar la felicidad solamente con eso. El éxito es el éxito y le felicidad es la felicidad. Hay que saber distinguir las cosas, manteniendo una correcta discriminación sobre los términos.
No debemos identificar el éxito solamente, con valores materiales o profesionales, ya que esto si que no es equiparable a la felicidad.
Hay otro éxito que existe y sí es real. No es como el referido, una cuasi-ficción. Es el más cercano y equiparable a la felicidad. Es el éxito que está relacionado con las relaciones personales satisfactorias, adecuada educación de nuestros hijos, ganar en sabiduría día a día, éxito en todas y cada una de las vertientes del amor, etc. Este tipo de éxito suele ser menos “popular” o citado, aunque resulta ser incluso más importante que cualquier otro que al lector se le pudiese ocurrir.
Quizá el primer tipo de “éxito” es más llamativo a primera vista, aunque lo ideal sería encontrar un equilibrio entre ambos, sabiendo diferenciar qué es el éxito, y qué es la felicidad. Pero hay que aclarar que tal equilibrio interno, es muy difícil. Pues son dos frentes complementarios con prioridad del que hemos mencionado, pero sin ser el otro excluyente. Diríamos que es secundario. Y que hay que desarrollar la capacidad para obtenerlo. Lo cual no es poco.
El entretenimiento es importante
En cuanto a la diversión, si miramos el mundo desde el prisma de un niño, efectivamente relacionaremos la felicidad con la diversión. Y para muchos adultos esto también es así.
Sí que es cierto que los entretenimientos como ir al cine, asistir a un partido de fútbol o ver la televisión, desempeñan un papel importante y constructivo en la vida, ya que pueden ayudarnos a mantener la felicidad, nos hacen reír y nos ayuda a relajarnos. Aunque el acto en si mismo no sea significativo, colabora a distraerse y abandonar aquellas cosas que nos preocupan en demasía.
Lo que sí es cierto es que la vida está llena de tensión, rutina, cansancio…Es por eso que el papel de la diversión (o del entretenimiento), debe ser tomado en cuenta, puesto que nos sirve como una forma de mitigar nuestras tensiones acumulativas.
Así que tenemos que tratar de introducir el entretenimiento, en más actividades diarias, para poder divertirnos y disfrutar mientras hacemos cosas realmente significativas. Como podría ser trabajar en nuestra profesión, sacar a delante nuestra familia, etc.
Como conclusión diría que hay que buscar un buen equilibrio que nos permita tener una vida lo más plena posible en todos los aspectos. Sin descuidar ninguno de los aspectos. Sin descuidar ninguno de sus frentes. Sin abandonar nuestros compromisos. Solamente hacer estas pequeñas pausas, para estar en mejores condiciones psíquicas y físicas para afrontarlos con todas nuestras energías.

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